sábado, 8 de agosto de 2015

DIA MUNDIAL DE LOS PUEBLOS INDIGENAS

Desde el día 23 de diciembre de 1994 declarado por las Naciones Unidas, cada año se conmemora el día mundial de los pueblos indígenas.  Este año  en Ecuador   celebramos con  una marcha de resistencia, iniciada el 2 de agosto desde Tundayme en Zamora Chinchipe y finalizando en Quito el  12 de agosto.
Nuestra protesta  tiene múltiples espacios y tiempos ante la permanente  destrucción cultural. Venimos de un proceso de 523 años de resistencia a las políticas de eco-cidio y etnocidio. Cuando llegaron los invasores trajeron ese “nuevo mundo” capitalista moderno, cuyo dios era el dinero. Los invasores españoles  comían oro todos los días a costilla de la muerte de los indígenas. Manco Inca, dijo, “esos barbados no son seres humanos, son unos diablos, que quieren beber  el oro”.  Y descendiente de esos diablos son los gobernantes de hoy, del capitalismo del siglo XXI. Ejemplos  de destrucción  de la  fiebre por el oro y  la plata, son    Montana en  California, Yanacocha en Perú, Potosí en Bolivia, Cóndor Mirador en Zamora, Intag en Imbabura, Fierro Urku en Saraguro.
Nuestras luchas en cada gobierno han sido diferentes, no obstante,  los temas siempre han sido los mismos, unas veces contra los  terratenientes  y hacendados;   otras, con temas nacionales como el gas, la gasolina, la educación, la salud, la tierra, el agua, el medio ambiente,  contra las privatizaciones;   otras veces, han sido por  la exigibilidad  de los derechos de los pueblos indígenas, como el respeto a la identidad y la cultura, contra la discriminación y el racismo.  
En el gobierno de Correa  se ha agudizado las políticas neoliberales,  a través del extractivismo minero y petrolero, privatización de agua, etc. Es un  etnocidio porque nos han quitado el Sistema de Educación Intercultural Bilingüe, conseguido por las luchas de  nuestros ancestr@s,  la justicia indígena, nos han arrebatado las instituciones indígenas como la salud intercultural, el CODENPE, bajo el pretexto de interculturalidad y un Consejo de la igualdad. Se  han vaciado nuestros  conceptos filosóficos de interculturalidad, plurinacionalidad, sumak kawsay, se han vaciado los símbolos culturales de  la chakana, de la whipala, el idioma, nos han quitado el derecho a la autodeterminación.  Los territorios de las nacionalidades también son destruidos por medio de carreteras, que serán utilizadas en su mayoría por grandes empresas, que simplemente verán por su propio beneficio, condenando a todos los pueblos asentados ahí a desaparecer o a ser parte de este mundo globalizado, al cual por su propia cuenta se han negado a pertenecer, violando todos los derechos conseguidos a través de una ardua lucha en la constitución de 1998; acciones que  conllevará a resultados nefasto donde los indígenas serán visto como algo que existió alguna vez y no un pueblo que vive con su propia cosmovisión  y cosmovivencias lejos de toda la supuesta civilización que nos rodea.




Correa  utilizó  a los movimientos sociales y al movimiento indígena para sus interese personales, cuando subió al poder cambió su discurso de  “forajido”  defensor del pueblo por la defensa de las políticas extranjeras dictadas por mineras, madereras y  petroleras.  En la casa de la CONAIE, Correa y algunos de sus  incondicionales colaboradores como Virgilio Hernández, Betty Tola, Doris Solís, Augusto Barrera, Gabriela Rivadeneira y otros hicieron un amago de conocer a los pueblos indígenas,   su cosmovisión  sus principios filosóficos, su proyecto político,  para usarlo como bandera de lucha en pro de conseguir el poder ejecutivo, y  una vez instalados ahí  todo lo dicho quedó solamente en eso, en palabras, trabajando solo por sus interese personales, usando de manera burda a la izquierda para conseguir sus objetivos .  Con claridad se ve que  los pueblos indígenas fuimos instrumentos para los intereses de la revolución  ciudadana. Correa y sus aliados no entienden a los pueblos indígenas porque  no conocen a su pueblo, a los cholos,  campesinos, negros, mestizos; no  conocen  la dignidad profunda de los indígenas; con bonos y puestos de trabajo condiciona la  conciencia de las personas para que hagan lo que él  ordena y si no los bota a la calle, a la desocupación.
Este gobierno desarrollista, entreguista a las transnacionales, extractivista, racista, xenófobo, patriarcal y omnímodo, es uno de los aliados de la banca, y de los grandes grupos de poder que existen en nuestro país, siendo beneficiados con más de 8 mil millones de dólares; ellos son los sectores felices que disfrutan del vivir bien que no es lo mismo que el buen vivir del sumak kawsay. En tanto ha criminalizado las luchas sociales, tenemos bastantes líderes condenados y otros tantos perseguidos, por rechazar estas políticas  capitalistas, de corrupción  y de destrucción de la naturaleza; allí están  Mery Zamora, Cléver Jimenez, Pepe Acacho y otros.
Está en crisis este estado del discurso vacío, mesiánico, por eso hoy la marcha del pueblo lo rechaza y plantea la construcción de un gobierno popular un gobierno  desde  abajo, que considere otros paradigmas; la socióloga Silvia Rivera sostiene, “el paradigma  de los pueblos indígenas es la reconstrucción de la Pachamama”. Esta es nuestra lucha y es planetaria, no solo para los indígenas sino para todos y todas.    El capitalismo tiene una deuda histórica  y ecológica con todos nuestros pueblos. Somos  más de 380 millones de indígenas en el mundo que defendemos  a la madre naturaleza  y la vida para las futuras generaciones, tratando de revertir  esta sociedad mercantil .  Por todos ellas y ellos  se conmemora este día 9 de agosto. Y a continuar en la lucha  hasta el último día de nuestras vidas.

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